Así comenzó todo

Siempre me ha gustado leer novelas románticas. Las primeras que llegaron a mis manos eran las de Johanna Lindsey.

En el instituto una amiga de mi hermana leía novelas románticas. Mi hermana le comentó que a mí me gustaba leer, siempre he sido muy lectora, y empezó a compartir conmigo las muchísimas novelas que tenía.

Yo no tenía ninguna en casa y no se las podía intercambiar, pero a Marta, que así se llamaba, no le importaba. Me dijo que ella era feliz simplemente prestándomelas. Así las descubrí, así me enamoré de este tipo de novelas. Hasta el punto que dejé de leer cualquier otro género.

Con el tiempo y por las vueltas y empujones que me dio la vida llegué a los libros de Desarrollo Personal. Mi extensa biblioteca, o por lo menos, yo así la considero, se divide exclusivamente entre libros de estos dos estilos.

¿Qué tienen en común? El AMOR. Sí, en mayúsculas.

Ahora he empezado a publicar mis historias románticas, pero me recuerdo escribiéndolas a escondidas desde mi época adolescente. Llenaba cuadernos y cuadernos escribiendo. Cuadernos que dejé atrás en la mudanza que hice cuando me divorcié. Ya no creía en el amor. Ya no creía en nada.

Pero el tiempo paso y curó mis heridas, y volví a leer más historias que me hacían sonreír, que llenaban mi corazón de calor y esperanza, que me hacían soñar con finales felices.

Hay quienes dicen que no existen, que estas novelas no son reales, pero no me importa.

Yo disfruto leyendo este tipo de novelas. Disfruto escribiéndolas. Y si lo que importa es el momento presente, y si aquello a lo que prestas atención en tu vida se expande, abro la puerta a escribir novelas románticas y ahora ya sí, publicarlas, para que tú también te sientas bien, sientas calidez y esperanza, creas en los finales felices, y apuestes, como yo por el Amor, el propio y el de pareja.

Una etapa que comenzó a mis quince años, y que a mis pasados cuarenta, continúo dando un paso más. Pretendiendo como hizo Johanna Lindsey, sin saberlo, acompañarte en el camino y recordarte que la vida puede ser amorosa y maravillosa.