El AMOR es lo único que queda
Estos días se ha ido mi abuelo. Lo cierto es que aunque sepa que está en un lugar mejor, que va a estar siempre a mi lado y que es ley de vida, no es fácil. No sé si por ser la nieta mayor, por parecerme mucho a él, por tantísimos momentos maravillosos compartidos, o por todo ello a la vez, estábamos muy unidos.
Nunca necesitó explicaciones, su apoyo y cariño eran siempre incondicionales, su actitud positiva y su maestría en relativizar las cosas que sucedían era contagiosa… Siempre con ganas de hacer reír a los niños, nos enseñó a jugar a las cartas, a nadar, a ir en bici…
El primer recuerdo que tengo de pequeña es ir llorando en brazos de mi padre porque se me llevaba de casa de mis abuelos (y eso que al día siguiente iba a volver). Me llevó al Pilar cientos de veces, compartimos veranos completos desde que tenía 3 años hasta hace bien poco, mi primer piso me lo compré en la calle de detrás de ellos y así los visitaba con frecuencia… Me dio tanto… Me enseñó tanto…
También era firme, íntegro y muy responsable. Me acompañaba en Nochebuena a la Misa del Gallo, me lo llevé de viaje a recorrer las ciudades de España que le faltaban por ver, y le rompí, cuando era niña, la hoja de la enciclopedia en la que me enseñaba dibujos de animales, de tanto verla…
Sí. Amor de nieta. Pero también admiración cuando había hombres que lo paraban por la calle, muchísimo tiempo después, para agradecerle cuánto le había ayudado al entrar como aprendiz en la fábrica para la que trabajó. Cosas como esa impactan y marcan.
Estos días tan tristes, solo hemos recibido muestras de cariño y de agradecimiento, de muchísimas personas, como respuesta a lo que había sido su vida. Se ha ido en paz, acompañado, y lleno de amor.
Sí. En la vida, recoges lo que siembras. Y sí, lo único que importa es el AMOR. Eso es lo que todos sentimos al despedirle.
Así, que sí, voy a seguir compartiendo AMOR, en mi vida, en mis novelas, en mi día a día. Porque es lo que he aprendido, es lo que soy, lo que todos somos, lo que nos llevamos y lo que queda, cuando todo acaba.
Gracias por leerme.