Mito Romántico: Cambiar por Amor
¿Has oído alguna vez este mito romántico de que “la gente cambia por amor”? Probablemente sí. Incluso lo hayas visto reflejado en libros y muchísimas películas.
Sin ir más lejos, en la película Grease, él acaba con una chaqueta de “chico bueno y responsable” y ella, a lo grande, se viste de negro, se riza el pelo y aparece fumando antes de dejarle claro que él era el hombre que quería, uh, uh, uh, ¡honey!
¿Cuántas cosas hemos oído, visto o leído que se hacen “supuestamente” por amor? Distanciarse de los amigos o de la familia, adelgazar o ponerse en forma, cambiar de estilo de vestir, tener un hijo para arreglar la relación,… son solo algunos ejemplos que reflejan este mito romántico de cambiar por amor.
¿Pero qué esconde realmente esta idea de “cambiar por amor” a mi modo de ver?
La idea tóxica de que para que te quieran tienes que cambiar, como si no fueras válido tal y como eres.
Esto me hace querer preguntar, ¿qué te hace pensar que la persona que te invita a cambiar tiene más razón que tú o que su estilo, ideas o costumbres son mejores que las tuyas?
Puede ser lógico que entre los miembros de una pareja se llegue a un acuerdo, haya negociaciones o se adopten costumbres del otro. También puede ser lógico que sustituyas un comportamiento nocivo para ti o para la pareja, por otro más saludable, pero, y aquí viene la clave: has de cambiar porque tú quieres, no para que te quieran, para agradar a alguien o para que una persona no se aleje de tu lado.
Si cambias por alguien que no eres tú, por obligación o por una supuesta necesidad, que realmente tú no sientes, probablemente vas a conseguir:
- Creer que eres “el malo” en la relación. Si la otra persona, aquella por la que quieres cambiar, es la buena, es la que hace las cosas bien, es la que sabe cómo hacerlo todo… automática e inconscientemente te conviertes en el malo, el torpe o el tonto, con lo que todo eso influye en tu autoestima.
- Poner de manifiesto la necesidad que tienes de agradar a los demás, buscando su amor o lo que quieran darte. Es un estado de carencia total. Crees que necesitas el amor de los que te rodean, cuando la realidad es que el primer amor que necesitas es el que tú debes darte. Cuando lo hagas, te darás cuenta de que los demás te aman y respetan tanto como tú a ti mismo.
- Acumular rencor y rabia hacia esa persona, sobre todo cada vez que te recuerde lo que debes hacer. No nos engañemos, cambiar de hábitos o costumbres conlleva tiempo y compromiso, por lo que es probable que te cueste un poquito más de lo que crees o de lo que la otra persona quiere, y eso ocasione más de un conflicto.
- Generarte una expectativa con el comportamiento de la otra persona que no sabes si será cumplida o no. Has cambiado para que esa persona te ame, y si con el tiempo no le parece lo suficiente, te exige nuevos cambios, o finalmente rompe la relación, te vas a sentir mucho peor. Eso por no decir que quizá tú esperes muestras de cariño mayores que quizá no recibas.
- Además, tu ego se revelará más de una vez porque ¿a quién le gusta que le obliguen a hacer las cosas?
Y si estás en el otro lado, no debes (por poder si que puedes, pero no deberías hacerlo) pedir a nadie que cambie para ser digno de tu amor, pese a que sea un mito romántico muy extendido y representado en tantas películas y novelas, o creas que es tu media naranja.
Aunque con la mejor intención quieras que cambie de hábitos o costumbres, aunque consideres que es un beneficio para la persona o la relación, cada persona tiene su propio ritmo, su proceso de aprender o sus retos en la vida, y no debes influir a la fuerza en ellos.
Ser ejemplo de lo que pides o buscas en el otro, es una buena manera de que también mejore tu autoestima y te des cuenta de que no necesitas que nadie cambie para estar a tu lado.
Si esa persona no es para ti, no lo es, por más que te empeñes en que cambie, o en que encaje en tu mundo.
El amor no puede ser un pago o un chantaje: si cambias te amaré. Eso no es amor.
Entonces ¿Qué ocurre? ¿Que la gente no cambia?
Claro que sí:
- La gente cambia cuando quiere.
- La gente cambia por Amor a sí mismo.
O hilando más fino… la gente no cambia, la gente se transforma en quien es realmente cuando toma conciencia de lo que es el Amor y se compromete consigo mismo.
Es por nosotros por lo que deberíamos dejar los hábitos nocivos, alejarnos de lo que consideramos gente tóxica, buscarnos nuevos hobbies o retos o cuidarnos más físicamente.
Esa es la razón de que los cambios se mantengan en el tiempo. La decisión personal, que nace de tu corazón.
Porque solo nosotros somos responsables de nuestra vida, de nuestros cambios, de lo que hacemos o dejamos de hacer, de cómo hacemos las cosas o dejamos de hacerlas.
Eres responsable el 100% de todo lo que haces, el 100% de las veces . No tanto de los resultados que consigues, eso es cierto, pero si vas a cambiar por Amor, que sea por Amor a ti misma, y verás cómo toda tu vida, cambia.
Un comentario
Manuel
Creo que todos cambiamos por amor, es un buen motivo para hacerlo, ¿ quien no cambia cuando recibes un abrazo que te llega hasta el alma? abrazo que te da motivo para soñar y tener fe de que hay alguien mejor que yo con la que soñar.